EL TRANSPORTE PÚBLICO DE CALIDAD, PREMISA IMPRESCINDIBLE PARA UNA REAL MOVILIDAD SOSTENIBLE AL TRABAJO
Henos conocido hoy que el govern ha adjudicado la concesión administrativa para el servicio de transporte por carretera de Mallorca. El conseller del ramo afirma que se producirá una "pequeña revolución", habida cuenta de que, entre otras cuestiones, se implantará la integración del sistema tarifario con las redes de tren y EMT de Palma, y tendrá lugar una renovación del 100% de la flota, con vehículos de gas natural, eléctricos o híbridos. Asimismo, se crearán nuevas conexiones y se incrementará la oferta de frecuencias en un 53 por ciento. Además, last but not least , los horarios se ampliarán en las primeras y últimas horas del día para atender las necesidades de trabajadores, y también se reforzarán servicios en verano.
Contrasta esa política con la reducción operada en los meses estivales en algunas frecuencias del servicio ferroviario, que aboca a las personas trabajadoras con turnos más tempranos a tener que buscar alternativas de transporte.
Durante décadas, los sucesivos gobiernos de esta Comunidad han optado sin rubor por un modelo de movilidad que primaba la posesión y el uso de un coche privado sobre cualquier otra posibilidad.
Ese esquema se ha demostrado que constituía un enorme fracaso, por cuanto ha supuesto un consumo de territorio brutal, unos índíces de contaminación galopantes -hemos sido líderes estatales en contaminación por ozono-, un alejamiento creciente de los objetivos de lucha contra la emergencia climática asumidos y enarbolados por el govern y -lo cual es un triste sarcasmo, pero obedece a leyes cientificas- un aumento de los atascos, con la pérdida de productividad y de calidad de vida a ello inherentes.
La movilidad laboral y académica supone un importante porcentaje del número de desplazamientos que tienen lugar cada día en un territorio. Así pues, que las condiciones de transporte COLECTIVO mejoren constituirá una baza importantísima para revertir el perverso estado de cosas descrito.
No olvidemos el factor género, tan importante en lo que se refiere a la movilidad laboral -el porcentaje de mujeres que hace uso del transporte público es muy importante en el cómputo total-.
Así pues, urge revertir el desmantelamiento de la red ferroviaria, primar el transporte público en todas sus modalidades, para que se constituya en una alternativa cómoda, y dejar de privilegiar al coche: abandonar cualquier veleidad desarrollista de nuevas infraestructuras, tener la valentía de instaurar carriles bus-vao en los accesos a Palma, crear aparcamientos disuasorios reales -no en los centros urbanos-, establecer peajes urbanos, el cierre selectivo de los centros de las ciudades-... solo así podremos empezar a pasar página de una historia bastante lamentable, sobre la cual quizás algún día debamos rendir cuentas a las generaciones futuras por lo mal que lo hicimos.