LA DIGITALIZACIÓN NO PUEDE CONCEBIRSE AL MARGEN DE LAS MUJERES
De la misma manera que existen campañas dirigidas a promover que las estudiantes se decanten por las carreras científicas , combatiendo así la brecha de género STEM (la falta de vocaciones entre las mujeres por las disciplinas de ciencia, tecnología, electrónica y matemática), convendría actuar para que los procesos de digitalización no provoquen una nueva marginación por razón de género.
En las carreras
STEM se producen brechas típicas basadas en los
estereotipos sociales: en las ciencias predominan
las mujeres en biología y en las ingenierías y arquitectura su presencia es mayor en la segunda.
La ínfima participación en Informática es uno de
los hándicap más llamativos.
El porcentaje de mujeres matriculadas en estudios STEM en España es de 7,8
puntos: menos de la tercera parte de sus pares varones (Eurostat). El número de mujeres
graduadas en TIC (tecnologías de la información y la comunicación) es ínfimo: sólo un 0,6% en
2015, y en retroceso.
Resulta imprescindible demostrar a las jóvenes
las ventajas de los perfiles profesionales relacionados con la digitalización. Sobre todo, en la
medida en que no se trata sólo del manejo de
la informática, las tecnologías de la información
y las comunicaciones, sino de unas características de las tareas a realizar, de unas formas de
organización del trabajo, que se desarrollan con
unas capacidades genéricas y transversales que
ya están reconocidas y son perfectamente accesibles para las mujeres.
Muchas son las barreras subyacentes en nuestra sociedad y en el entorno laboral que tienen su origen en la discriminación por razón de género; tenemos que evitar que surja una más.