TRES FUNCIONARIOS DE LA ZONA, CESADOS POR MARXISTAS
El 16 de agosto del infame año de 1936, se publicaba en "La voz de Galicia" la orden del general de la Octava División de cesar a 161 funcionarios de los servicios de comunicaciones del Estado (tres de ellos, gallegos). Según rezaba la noticia, aquella fue la primera medida «encaminada a la depuración de marxistas, revoltosos y elementos perjudiciales a la recta disciplina que en adelante ha de reinar en los organismos del Estado». Luego llegarían los fusilamientos...
La relación del funcionariado con el poder político imperante ha constituido siempre una fuente de conflictos. Desde las cesantías del siglo XIX, en las que, el cambio de color político determinaba que multitud de funcionarios pasasen a la inactividad y a las penurias económicas, hasta supuestos tan extremos como el que refleja el encabezado de este escrito, en el que los funcionarios objeto de purgas podían considerarse afortunados de que su cese fuera la única medida represiva tomada contra ellos.
En la actualidad siguen presentándose disfunciones, por la proliferación de personal eventual. Ello es algo que parece responder a la concepción del "spoils system", esto es, que no solo los altos cargos, sino también escalones inferiores les son adjudicados a afines políticos, con absoluto olvido de los principios de igualdad, mérito y capacidad.
Está claro que una Administración Pública enfocada a la satisfacción de las necesidades de la sociedad a cuyo servicio está, cuanto más independiente y desvinculada del poder, mejor podrá prestar sus servicios. Por desgracia, esa consideración no siempre prevalece.